En el siglo XVIII el rey Carlos III ordenó que se abriera una nueva carretera general para Andalucía que, partiendo desde La Carolina y pasando por Jaén y Granada, llegara hasta Málaga, comunicando así estas zonas del interior con los puertos del Mediterráneo. Así se originó el nuevo trazado del antiguo Camino Real. No se llevó a cabo totalmente hasta el reinado de su nieto, Fernando VII, que restituyó la Comisión de Caminos que el gobierno constitucional había derogado en el llamado "Trienio Liberal" (1820-1823). Así viene expresado en un decreto real, firmado de puño del rey en palacio el 10 de Febrero de 1824, recogido en la obra "Decretos del Rey don Fernando VII" (página 135):
"[Hasta 1820]Se han abierto y construído varios trozos importantes; especialmente las diez leguas desde Málaga a Colmenar y Alfarnate con suma actividad y economía. [...] Se emplearán para los trabajos de dicha carretera los presidiarios del presidio de Málaga en la misma forma que se practicaba antes. [...]Se procurará franquear con la posible brevedad las tres leguas que están por abrir desde Alfarnate a Loja; por cuyo medio se facilitará desde luego la comunicación entre Granada y Málaga, y se empezarán a reportar las ventajas de este tramo más importante de la carretera".
Reinando su hija, Isabel II también se planteó la idea de comunicar las ciudades de Granada y Málaga por ferrocarril, trazando el recorrido por este paso natural y dirigiéndolo hacia la costa de Vélez usando el cauce del río Sábar, a su paso por el vecino pueblo de Alfarnatejo. El proyecto no cuajó finalmente, pero nos da una idea de la importancia que tuvo el puerto de los Alazores en este sentido.
El coronel D. José Gómez de Arteche, en su obra "Geografía histórico-militar de España y Portugal" publicada en Madrid en 1859, nos habla del puerto de los Alazores, en la página 541 del tomo II:
"El más interesante hoy día de todos los pasos es el del Puerto de los Alazores, ó de Alfarnate, por donde salva la cordillera la carretera citada de Málaga a Granada, única hasta hace muy poco entre las dos vertientes, y siempre de gran importancia para conducir a este puerto. Hállase entre Loja y la Puebla de Alfarnate (3.179 habitantes), más próximo á esta última población, y la carretera antes de ganarlo recorre un desfiladero asperísimo donde se podría hacer una buena defensa".
En el siglo XIX los Alazores fue escondrijo de famosos bandoleros que asaltaban las caravanas que lo cruzaban. Noticia de esto nos llega también por las referencias habidas en la Venta de Alfarnate (la más antigua de Andalucía), y en numerosas obras literarias de la época. De ello dan constancia los viajeros románticos ingleses, que dejaron en sus escritos anotaciones sobre la abundancia de salteadores en estos caminos. Se hace referencia además de una venta existente en el mismo puerto, aparte de la Venta como tal que todos conocemos en el actual cruce con Alfarnatejo. El paso natural de los Alazores también ha sido lugar por el que han llegado hasta Málaga grandes personajes de nuestra historia en multitud de ocasiones: reyes, políticos, militares, etc. (precisamente, nuestros vecinos no tan mayores recordarán que no hace tanto tiempo cuando el general Franco pasaba alguna que otra vez camino a Málaga, y los niños del pueblo lo saludaban en la Venta).
Durante la Guerra Civil de 1936, las autoridades de izquierdas reforzaron el puerto de los Alazores con defensas frente a la columna del ejército "nacional" que se acercaría en dirección a Málaga, proveniente de Loja -como así fue el día 6 de Febrero-.
Una de estas defensas que perdura hasta nuestros días es el búnker, o "trinchera" -como la llamamos en nuestro pueblo- dominando las posiciones de la carretera desde varios kilómetros de distancia. Había otra de las mismas dimensiones que fue derruída para poder construir el nuevo trazado de la citada carretera.
Este búnker, (así se le llama en algunos estudios de historia reciente), tal y como podemos ver en las fotos, tiene forma de ángulo y posee una hilera de aberturas por donde poder efectuar disparos de armas contra el enemigo. Tiene entrada por ambos extremos, y se encuentra en malas condiciones, debido a que el terreno sobre el cual se asienta se ha ido erosionando a lo largo de los años. Recordemos que esta especie de trinchera tiene ya más de 75 años y en ese tiempo no ha tenido ningún tipo de mantenimiento por parte de administración pública alguna.
En los últimos años el área donde está construída fue rodeada de con cerca de alambrado, al mismo tiempo que se reforestaba toza la zona. No estaría de más que alguna administración pública a la que correspondiera este tema (Ayuntamiento de Loja, Diputación de Granada, Junta de Andalucía, etc...) dispusiera algún tipo de actuación en orden a conservar la que es una de las pocas reliquias de unos años clave en nuestra historia reciente. Entre todos podemos conseguir que no desaparezcan más "testigos" de nuestra historia, como ya lo hicieron tristemente algunos en nuestro pueblo en décadas pasadas, (ante la pasividad e incluso la colaboración de algunos gobernantes locales). Esperemos que esta vez no se repita la historia.