Un año más Alfarnate acudió a su cita con la Embajada. Fiesta señera de nuestro pueblo, como siempre esperada con cariño e ilusión por grandes y pequeños, que no defraudó a nadie. Eran las seis de la tarde cuando la plaza de la Iglesia ya aparecía llena de vecinos y visitantes que acudian a presenciar el rapto de la imagen de la Virgen y las posteriores conversaciones entre moros y cristianos que se representan en esta fiesta.
Ante todo, "la Embajada" es una fiesta de la Virgen María. Muchas veces se ha querido presentar esta fiesta tan nuestra como una simple representación de guerras entre moros y cristianos, sin darse cuenta de que nunca fue esa la intención primera y originaria. La Embajada es y debe ser un ensalzar la figura de la Virgen María y explicar cuál es su papel en la fe cristiana. Esa fue la intención y el origen de la fiesta más querida de nuestro pueblo. Tan fácil como ubicar un diálogo en el que se habla sobre quién es la Virgen María, usando para ello textos de la Sagrada Escritura, y poniéndolo todo dentro del marco ficticio de un supuesto "secuestro" de la imagen a cargo de musulmanes, ...si además le añadimos unas cuantas batallas y escaramuzas, y tiros de trabucos... tenemos como resultado la manera de entretejer el guión de esta fiesta alfarnateña. La Embajada, repito, es una fiesta mariana, una fiesta de la Virgen, aunque a simple vista parezca una fiesta más de moros y cristianos entre tantas. Y esto es así aunque en los medios de comunicación tales como periódicos o noticias de televisiones aparezca solamente el aspecto de enfrentamiento entre bandos diferentes.
Hoy por hoy, "la Embajada" parece que es la más antigua de las que se representan en nuestra región. Y no digamos del precioso texto, una verdadera joya del siglo XVIII, tanto literaria como escriturística y teológicamente hablando. Espero que consigamos cada año un poco más, que los asistentes a esta fiesta tan nuestra pongan atención al texto de la Embajada. Siempre se hace un poco difícil oir con claridad lo que los distintos actores dicen, debido a la presencia de gente que "ya se sabe la letra" y que no le presta la atención debida. Si tenéis la letra del texto a mano, releedla; es toda una experiencia repasar los versos preciosos con los que unos y otros intervienen, especialmente los piropos finales del embajador cristiano a la Virgen: una auténtica letanía que agasaja a nuestra Madre de Monsalud, y que pone los vellos de punta.
Nuestra Señora de Monsalud en su trono
Nuestros antepasados lo entendieron muy bien, y supieron experimentar en su vida y en su fe lo que las frases de la Embajada dicen y repiten año tras año desde hace siglos. El texto de las "relaciones", del siglo XVIII, nos habla de esa mujer que para los cristianos es Madre, ejemplo, esperanza y consuelo en nuestra vida. La imagen de la Virgen de Monsalud en el centro de las miradas de cada alfarnateño o visitante, mientras se representa la Embajada, es el testimonio palpable de que Ella y sólo Ella es la protagonista de toda esta historia. Si ocurrió realmente o no ese secuestro de la imagen de la Virgen..., no es cosa importante para esta fiesta. Lo realmente importante es que cada año, cuando escuchamos los piropos que el embajador cristiano dedica a la Virgen, puesto de rodillas, los alfarnateños renovemos nuestra devoción por Ella.
Este año así fue, ...una vez más. Los micrófonos hicieron de las suyas a ratos, pero podemos decir con orgullo que la fiesta de moros y cristrianos de este año ha sido muy brillante. Es de obligación que felicitemos a los que han intervenido en la representación, especialmente a los actores principales: José Gallardo, José Manuel Arrebola, José Antonio Arrebola, y Javier Arrebola, así como al abanderado Marcial Toledo, vecinos nuestros todos que -con mucho trabajo, tesón y dedicación- han hecho posible un año más la Embajada. Importante el apoyo de la parroquia y del ayuntamiento. Enhorabuena a todos.
Foto de María Dolores Santana
Foto de Mª Dolores Santana
Foto de Mª Dolores Santana
Foto de Mª Dolores Santana
En la parte final de la representación de la Embajada, como es tradicional, llegó el momento de la "Cortesía", en la cual el abanderado cristiano celebra la victoria, acercándose a la imagen de la Virgen y saludándola al modo antiguo y cortesano, para así ofrecerle homenaje en nombre del pueblo; y así, ondea la famosa bandera de la Virgen, que data de 1891. Bandera que casi milagrosamente quedó a salvo, escondida, en los destrozos de la guerra civil de 1936, gracias a la labor valiente de la madre de la actual camarera de la Virgen.
La Cortesía es quizás uno de los momentos cumbre de nuestra identidad alfarnateña, uno de los momentos más fotografiados, más esperados, más emocionantes, y seguramente uno de los preferidos por todos los que presencian la representación de la Embajada.
Foto de Mª Dolores Santana
(las caras de los niños de nuestro pueblo mirando ondear la bandera, son una de las mejores estampas)
Tras la Embajada propiamente dicha, vino el traslado procesional de la imagen de la Virgen a su ermita, después de haber estado presente en nuestra iglesia parroquial durante los días de las fiestas dedicadas a Ella. La calle de la iglesia iba rebosante de alfarnateños y visitantes, que llenaban el recorrido hasta la ermita. Es quizás una de las procesiones más hermosas del año en nuestro pueblo. La imagen de la Virgen , con la luz del sol de la tarde, aparece radiante, como nunca. Es una procesión llena de alegría, de fiesta y de color.
Foto de Mª Dolores Santana
(la labor del abanderado ya tiene quien recoja el testigo dentro de unas décadas)
(en mitad del recorrido había que hacer varias paradas. Antonio, nuestro párroco, nos acompañaba)
Un año más. Juntos lo hemos hecho posible, cada uno poniendo su pequeño granito de arena. Si trabajamos así, las tradiciones de nuestro pueblo nunca se perderán. Que el año que viene podamos disfrutar de algo tan nuestro como es la Embajada de moros y cristianos en honor a Nuestra Patrona.
¡Viva la Virgen de Monsalud!
¡Viva nuestro pueblo!
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